sábado, 17 de septiembre de 2022

Propuesta al Ayuntamiento de Nerja sobre la central San Modesto

El pasado 9 de septiembre presentamos en la Sede Electrónica del Ayuntamiento de Nerja una propuesta dirigida al alcalde sobre la puesta en funcionamiento y recuperación de la central minihidráulica San Modesto en el río Chillar. Desde nuestra asociación consideramos que este proyecto, acorde con los nuevos tiempos de crisis energética sistémica, con los precios de los combustibles disparados y la emergencia climática, supondría un respiro para las arcas públicas y se podría dedicar parte de la producción eléctrica a familias en situación de pobreza energética, según estudio de la Agencia Andaluza de Energía. 


San Modesto Ayuntamiento by Entre Cañas Nerja

 


 Vista general de la central minihidráulica de San Modesto. 2022

martes, 2 de agosto de 2022

Denuncias por el abandono de la Calzada romana de la Coladilla

En el día de ayer, 1 de agosto de 2022, presentamos denuncias ante la Delegación Territorial de Cultura y Patrimonio de Málaga y el Ayuntamiento de Nerja por el lamentable estado de abandono en que se encuentra la Calzada romana de la Coladilla, del siglo I a.C.

Instamos a las autoridades pertinentes que actúen a la mayor brevedad posible y adopten las medidas oportunas en orden a la preservación del bien cultural. 

 

 Denuncia la Delegación Territorial de Cultura y Patrimonio de Málaga

Calzada Cultura by Entre Cañas Nerja

 

Denuncia en el Ayuntamiento de Nerja

Calzada Ayuntamiento by Entre Cañas Nerja

 

 


 

miércoles, 8 de junio de 2022

Milicianas republicanas antifascistas


        Creemos necesario la publicación de estos artículos para vencer la amnesia colectiva referente a la Segunda República y a la Guerra Civil que se produjo por la represión franquista y por los estudios sesgados de los historiadores adictos al Régimen. Las milicianas republicanas constituyen un grupo al que se ha querido relegar de la historia de nuestro país. Y son muchos los testimonios en torno al heroísmo, el coraje y valentía de estas mujeres que combatieron en los distintos frentes y que causó el asombro de los mismos milicianos.
 

Foto: Cartel de la guerra civil. Biblioteca Nacional de España.

            En 1936, algunas mujeres, ante la agresión fascista al gobierno legítimo de la Segunda República, se incorporaron a las movilizaciones populares y tomaron las armas como respuesta inmediata al ataque de los rebeldes. Se unieron a sus compañeros varones y se enrolaron en la milicia republicana. En un primer momento no pensaron que su condición de mujer fuese problema cuando se unieron a la resistencia armada. Fueron varias las causas que motivaron la decisión de la participación de las mujeres en el combate armado:

            *Demostrar su repulsa al fascismo.

*Su conciencia política y social

            *Defender los derechos políticos y sociales que habían adquirido durante la República.

            *Seguir participando en los movimientos sindicales y sociales.

           *Asumir un papel totalmente nuevo que rompía las limitaciones de las normas tradicionales de la conducta de género.

        Las movilizaciones antifascistas admitían que las mujeres jóvenes y audaces pudieran optar espontáneamente por luchar igual que los hombres. Algunas no quisieron aceptar un papel secundario en la retaguardia. Otras, influidas por sus propias circunstancias acompañaban a sus maridos o novios al frente. Incluso algunas madres acompañaron a sus hijos en el campo de batalla. La mayoría de las milicianas eran jóvenes, estaban libres de responsabilidades domésticas y sin cargas familiares. No existía una política oficial de reclutamiento femenino, la entrada en la milicia era voluntaria.

 

Foto: Archivo Histórico Nacional

El primer batallón femenino se formó en los primeros días de agosto de 1936, compuesto por mujeres de Barcelona, Sabadell y Mataró y se incorporó a las fuerzas republicanas que fueron a defender Mallorca de los rebeldes fascistas. Aunque la experiencia cotidiana constituyó el apoyo a los servicios auxiliares. 

Algunas mujeres fueron a alistarse a las milicias por los canales oficiales y fueron rechazadas en razón de su sexo, lo que ocasionó decepción. Sin embargo, en los frentes, existía una división sexual del trabajo, ellas realizaban las labores de cocina, lavandería, sanitarias, correo, de enlace y administrativa. La falta de formación militar de las mujeres provocaba esta segregación laboral. Aunque, no todas estaban de acuerdo con que se le asignaran estas tareas.  

Cuenta Mika Etchebéhère, en su libro Mi guerra en España, (alcanzará el grado de capitana, única mujer con mando de tropa en la guerra de 1936-1939) que llegaron a su columna dos milicianas y una de ellas, llamada Manuela le dijo ¨He oído decir que en vuestra columna las milicianas tenían el mismo derecho que los hombres, que no lavaban ropa ni platos. Yo no he venido al frente para morir por la revolución con un trapo de cocina en la mano¨.

Los corresponsales de guerra y los miembros de las Brigadas Internacionales contribuyeron a la buena propaganda de las milicianas en el extranjero, destacaron el valor característico de muchas de ellas y describían la “gran seriedad y atractivo de las jóvenes partisanas” que estaban movilizadas en los distintos frentes. Heroísmo, valor y fuerza fue parte de la leyenda de la mujer soldado contra el fascismo en las primeras semanas de la guerra.

Existen muchos testimonios sobre el heroísmo de mujeres que lucharon en los frentes, la lista sería numerosa y no se pueden nombrar a todas. Destacamos algunas de ellas:

Rosario “la Dinamitera” que con 17 años se incorpora a las Milicias obreras del Quinto Regimiento y fue destinada a la sección de dinamiteros. Ella decía “porque si no se detenía a los rebeldes tendríamos una dictadura y nosotros, los trabajadores, lo pasaríamos mal”. El poeta Miguel Hernández la inmortalizó reconociendo su valentía con su poema titulado“Rosario, dinamitera”

Rosario, dinamitera

puedes ser varón y eres

la nata de las mujeres,

la espuma de la trinchera.

Otra miliciana que ha pasado a la historia de heroínas fue Lina Odena. En julio de 1936 tomó las armas y participó en varios combates. El 14 de septiembre, junto al pantano de Cubillas, en un control de los falangistas y viéndose rodeada, prefirió terminar con su vida antes de ser prisionera y torturada, Lina sacó su revólver disparándose en la sien.

Casilda Méndez, militante anarcofeminista y resistente antifascista. Se destacó en las luchas de julio de 1936 en San Sebastián y en la batalla de Irún, de la cual tuvo que pasar a Francia. Volvió a la península vía Cataluña y marchó a la defensa de Madrid, posteriormente, entró en una brigada anarquista al frente de Aragón.

 

Rosario "la Dinamitera, Lina Odena y Casilda Méndez
 

En los carteles de guerra destacaba la imagen subversiva de la mujer combatiente vistiendo un mono azul, llegó a tener más protagonismo que las imágenes de los hombres. De esta manera, realizaban un papel de exhortación al cumplimiento de su deber de milicianos en la resistencia antifascista.

La adopción de la ropa masculina, mono azul, representando a los obreros o falda pantalón, era una reivindicación a favor de la igualdad de condición. Pero eran pocas las que lo vestían. No representó un sector significativo, e incluso muchas mujeres de la clase obrera rechazaron esta vestimenta. En definitiva, la miliciana no constituyó el modelo de mujer asociado a la resistencia fascista.

La dirigente comunista Teresa Pàmies apostaba por la falda pantalón, decía: “esta nos permitía saltar a los camiones, montar en bicicleta, trepar a las farolas, salir con una brigada de ayuda a los campesinos o ayudar en las tareas de desescombro”.

            Según Mary Nash, “La miliciana no constituía un nuevo y auténtico prototipo femenino sino, sencillamente, un símbolo de la guerra y la revolución”,

        También, hubo otro grupo importante de mujeres combativas, las madres, consideradas heroínas de la retaguardia. Apelar a la maternidad y al derecho de las madres a defender a sus hijos de la brutalidad fascista era un método potente y eficaz y llegó a ser un factor importante para movilizar a las mujeres hacia las causas antifascistas y revolucionaria. Muchos carteles representaban imágenes de madres combativas correspondían a mujeres maduras representadas como madres y esposas que trabajaban en la retaguardia en tareas de apoyo.

 


        Meses más tarde la actitud hacia las milicianas cambió de forma espectacular, se pasó de encomiarlas a ridiculizarlas y desacreditarlas. Hubo un consenso social de obligar a las milicianas a retirarse de los frentes de combate y les rogaban que se organizasen en la retaguardia.

            A finales de otoño de 1936, Largo Caballero, aprobó unos decretos militares que ordenaban a las mujeres a retirarse del frente. No todas lo abandonaron, pero su número descendió drásticamente. Casos excepcionales fueron Casilda Méndez y Lena Imbert que estuvieron en el frente hasta bien entrado 1937.

          Las razones para justificar el programa de confinamiento de las mujeres en la retaguardia y que argumentaron formaciones femeninas y grupos políticos fueron: eran más eficaces allí, puesto que estaban capacitadas para llevar a cabo las tareas de apoyo bélico y su falta de formación militar y desconocimiento del manejo de las armas. Las organizaciones femeninas sostenían que las diferencias psicológicas y biológicas imponían su confinamiento

        En realidad, había otro asunto de fondo del debate. En otoño del 37, el problema de la prostitución, se había vinculado a la presencia de las mujeres en el combate. Esta acusación fue decisiva para desacreditarlas y motivar la demanda popular de que fueran expulsadas de los frentes. Esta inculpación recibió una gran atención tanto en la prensa republicana como fascista fue determinante y un instrumento eficaz para confinarlas a la retaguardia. A menudo se vinculó a las milicianas con la prostitución y antiguas milicianas habían denunciado un ataque difamatorio sobre su integridad, orquestado tanto por la propaganda fascista como por las fuentes de información republicanas.

        Es de justicia traer la Memoria Histórica a todas aquellas mujeres que, en la primera etapa de movilizaciones populares, tomaron sencillamente las armas como respuesta inmediata a la agresión fascista, al igual que lo hicieran los hombres.

        Para terminar una cita de Casilda Méndez, miliciana que combatió en las Peñas de Aya: “Mi corazón no puede quedar impasible viendo la lucha que están llevando a cabo mis hermanos… si alguien os dice que la lucha no es cosa de mujeres, decidle que el empeño del deber revolucionario es obligación de todos lo que no son cobardes”.

 

Vicky Fernández, Asociación Cultural 'Entre Cañas'

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

NASH, Mary. Rojas. Las mujeres republicanas en la Guerra Civil. Madrid. Grupo Santillana de ediciones, S.A. 1999.

ETCGEBÉHÈRE, Mika. Mi guerra en España. Barcelona. Alikornio ediciones. 2003

 

 

Fotos: Archivo Histórico Nacional


Fotos: Archivo Histórico Nacional
 

Fotos: Archivo Histórico Nacional







Milicianos y milicianas repeliendo un ataque. Foto: Archivo Histórico Nacional

 Documentación gráfica: Dori Castillo Delgado

lunes, 2 de mayo de 2022

El patrimonio cultural como recurso turístico

 

Un hecho impensable no hace mucho tiempo es el evidente interés que está despertando en la actualidad el patrimonio histórico en el gobierno municipal de Nerja. Tal cambio de actitud nos alerta sobre las variables del concepto de patrimonio que puedan concebir para tal interés. 

 

En principio, el término patrimonio nos remite a la idea de unos bienes que se poseen, ya sea por herencia o por haberlos ido acumulando a lo largo del tiempo, pero esa idea no es exacta cuando es culturalmente definida. Hoy día, el patrimonio ha superado ya la etapa de “puramente histórico” de rarezas, restos u objetos aislados, curiosos o valiosos del siglo XIX, y se ha convertido en algo más amplio que está en constante evolución. El patrimonio cultural no son sólo  iglesias, palacios, cuadros, restos industriales, centros históricos o yacimientos arqueológicos, sino que a todo ello se suma el paisaje, la naturaleza, la cultura y las tradiciones populares. No se trata, por tanto, sólo y exclusivamente de un recurso económico, sino que entraña también un componente social, identitario y cultural que es necesario entender para gestionar debidamente. 

 

Es lógico pensar que en un pueblo como Nerja, que esencialmente vive del turismo, se entienda que el valioso patrimonio histórico que poseemos pueda ser un recurso turístico muy rentable, pues el turismo cultural es más beneficioso desde el punto de vista económico que el modelo fordista u organizado, ya obsoleto, de sol y playa. Sin embargo, la utilización de este valioso recurso turístico entraña ciertos riesgos según sea gestionado. 

 

Río Chillar masificado cada verano. Fotos: José Carlos DS

El Instituto de Patrimonio Histórico de Andalucía (IPHA) define tres tipos gestión patrimonial (experta, turística y participativa) "que suponen perspectivas patrimoniales distintas, responden a concepciones e intereses divergentes y se materializan en resultados muy diferentes. Los tres enfoques ideales señalados desencadenan dinámicas contradictorias en el binomio patrimonio cultural/sociedad. Con sus particularidades, los dos primeros se traducen en un distanciamiento de la sociedad con el patrimonio; el tercero, con sus dificultades, implica, teóricamente, un control social de los significados y usos del patrimonio, lo que potencialmente puede permitir su sostenibilidad gracias a la activación de iniciativas de turismo patrimonial de base local."

La gestión experta interpreta el bien cultural como un valioso vestigio del pasado, según criterios técnicos especializados, y consiste fundamentalmente en asegurar la preservación material del bien. En este modelo se espera que la población (nativa o visitante) adopte un rol pasivo y una actitud contemplativa de veneración ante el bien consagrado por el discurso patrimonial autorizado.

 

La gestión turística, en cambio, interpreta el patrimonio cultural como un recurso al servicio del desarrollo económico. Concibe la “gestión patrimonial” únicamente como “gestión turística”, lo que subordina el patrimonio a la lógica de mercado. Este modelo es esencialmente instrumental, pues contempla al patrimonio como una herramienta dependiente del turismo, que no puede regirse y gestionarse con independencia de la apuesta por el crecimiento sostenido del sector. La gestión patrimonial es, por tanto, considerada como un capítulo más dentro de la estrategia política-empresarial de crecimiento turístico, lo que supone la transformación del patrimonio en producto. “Poner en valor” significa en última instancia “poner en valor turístico” (Fernández de Paz, 2015; 2006) y toda intervención sobre el patrimonio está destinada a aumentar su atractivo turístico. Lógicamente, desde este enfoque la población es contemplada básicamente como consumidora del producto “bien cultural”.

Con frecuencia, el éxito de esta estrategia deriva en un incremento progresivo del número de turistas que sobrepasa la capacidad de carga de los destinos (overtourism), saturando y monopolizando los espacios públicos. El lugar corre el riesgo de transformarse en escenario al servicio del turismo y la población residente en simples "figurantes" de la obra,  subordinando todo a su lógica mercantil. Incluso los propios bienes patrimoniales (hasta ahora representativos emblemas de la sociedad local) se resignifican como recursos consumibles. Este fenómeno es denominado en ciencias sociales como turistificación. En este cuadro del IPHA se muestran los principales efectos de dicha turistificación:

 


Nerja ya está turistificada, pero ahora se corre el riesgo de ampliar este peligro hacia otros recursos aún no explotados, como es el patrimonio y la naturaleza.

Por último, la gestión participativa, siempre según el IPHA, "concibe al patrimonio como un elemento que pertenece en origen al pasado o a una tradición, pero que se valora desde el presente. En coherencia con lo anterior, pretende asegurar la continuidad de los usos sociales del patrimonio (García Canclini, 1999) e incorporar a los bienes en la cotidianidad de la sociedad en la que se enmarca y a la que representa. Desde este enfoque se apuesta por un sistema de gestión en el que las comunidades simbólicas (depositarias, usuarias y creadoras de este legado) son las que, en última instancia, determinan la definición y los usos del patrimonio. Este principio de gestión, inclusivo y participativo, es asumido por entidades relevantes como la propia UNESCO que alienta a los estados partes a procurar que las propias comunidades "que crean, mantienen y transmiten ese patrimonio” participen activamente en la gestión del mismo (UNESCO, 2003: artº 15)."

Estos tres paradigmas aislados, excluyéndose unos a otros, pueden incidir negativamente en la conservación y salvaguardia de los bienes culturales, tanto históricos como naturales. La gestión turística del patrimonio ideal incluría a los tres modelos: experta, turística y participativa. Incluir el modelo de gestión participativo implica, teóricamente, un control social de los significados y usos del patrimonio. Según los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía "el futuro del patrimonio y su gestión pasa por entenderlo en su dimensión territorial, como un factor que contribuye al desarrollo, pero con unas necesidades propias, dado su carácter simbólico, que lo aleja de poder ser considerado un mero recurso económico. Las administraciones públicas deben adoptar una función catalizadora y relacional de la multitud de agentes que intervienen, buscando en los territorios la cooperación institucional y la participación del tejido productivo y asociativo, como aliados necesarios en iniciativas para abordar proyectos compartidos, en complicidad con la ciudadanía."

 

En definitiva, la asociación del patrimonio a la identidad y, al mismo tiempo, a la participación ciudadana puede generar contradicciones, conflictos, malentendidos o instrumentalizaciones, pero también coincidencias y retroalimentación. Sólo una gestión sensible con los significados, usos y depositarios del patrimonio puede asegurar su salvaguardia y promover una experiencia turística satisfactoria. 

 

El turismo cultural, el turismo industrial y el de naturaleza atraen a un visitante con mayor nivel sociocultural, que realiza mayor gasto en destino y contribuye a revalorizarlo. Por contra, la turistificación, ahora también del recurso patrimonial y de naturaleza, provocará un visible deterioro de la imagen de Nerja como destino turístico, contribuyendo, por tanto, a su desvalorización. 

 

En el equilibrio entre los tres paradigmas expuestos: experto, turístico y participativo, está la clave para llevar a buen término el verdadero desarrollo turístico del futuro que Nerja necesita.  

 

Dori Castillo Delgado, Asociación Culural 'Entre Cañas' 

 

Ejemplos de turistificación del Patrimonio Cultural:

 

 

 

jueves, 21 de abril de 2022

Las mujeres, víctimas y protagonistas de la 'desbandá'

 

No creemos necesario detallar, pues es por muchos conocido, el terrible éxodo que vivieron casi 300.000 personas a principios de febrero de 1937 huyendo a la desesperada o en desbandada ante la llegada a la ciudad de Málaga del ejército sublevado franquista. El pánico colectivo que se vivió, comenzó cuando entre los meses de agosto y septiembre de 1936 caen las zonas republicanas de Archidona, Antequera y Ronda. Es entonces, cuando empezaron a llegar a la capital los primeros refugiados (unos 35.000), estos traían noticias aterradoras de la caída de sus pueblos, narraban los saqueos y asesinatos que llevaban a cabo las tropas sublevadas.

 

Mujer con sus niños en el pórtico de la Catedral de Málaga (ABC)

Principalmente, fueron las mujeres las que emprendieron la huida sin orden ni concierto ante los sucesos que escuchaban, pues muchas temían que serían, como en todas las guerras, las que más sufrirían la represalia del enemigo. Recordemos cómo Queipo de Llano arengaba por radio a sus tropas y las animaba a violar mujeres y exterminar a toda persona que pudiera resultar de izquierdas.

 

Foto: Hazen Sise

Los que huían marchaban mayoritariamente a pie y acarreaban en los más diversos bultos sus preciados bienes, muchas jóvenes cargaban de sus ajuares de novia que habían bordado con tanta ilusión. La gente iba abandonando sus posesiones según avanzaba por la única carretera sinuosa costera que existía entre las capitales de Málaga hacia Almería, donde se hallaba el Ejército Popular Republicano. Pasaron hambre, frío, agotamiento físico y psicológico bajo el continuo fuego de los barcos de guerra y de aviones que ametrallaban a la caminante columna de refugiados sin darles tregua ni de noche ni de día. La caravana humana inerme sufrió miles de bajas. Hay muchas fuentes documentales y testimonios que así lo testifican. Este fue uno de los episodios más dramáticos de la Guerra Civil Española que se conoce como la “Desbandá” o el “Crimen de la carretera de Málaga-Almería.”

En este éxodo masivo se encontraba un gran número de mujeres de todas las edades. Las mayores fueron madres y guías, las que buscaban el sustento de la familia, el elemento integrador de la unidad familiar procurando que no se perdiera ninguno de sus miembros, protegiendo a sus hijos y a los ancianos, fueron las cuidadoras de los enfermos y heridos durante aquella angustiosa huida.

 

Foto: Robert Capa

Las mujeres en este éxodo tuvieron un papel vertebral como protectoras y pilar fundamental como sostenedoras cotidianas de la supervivencia de los huidos. Organizando, alimentando, curando y animando a los más desprotegidos. Sin los miles de mujeres anónimas tenaces e incansables en aquella marcha de febrero de 1937, el número de víctimas y el grado de sufrimiento habría alcanzado límites inimaginables y el mismo logro de alcanzar la zona republicana se hubiese puesto en peligro. Cuando llegaron a Almería las mujeres se enfrentaron a las autoridades civiles de cara a conseguir unas condiciones mínimamente dignas de habitabilidad, no para ellas, sino para su familia. Muchas eran viudas o desconocían el paradero de sus esposos y familiares.

 

Foto: Hazen Sise

Hacemos nuestro este texto de Juan Francisco Colomina “las mujeres fueron víctimas y protagonistas de las barbaridades de la guerra. Pero también fueron heroínas de lo cotidiano, luchadoras contra la resignación y la imposición de un modelo de mujer encorsetado. Muchas de aquellas mujeres que marcharon del horror jamás volverían a sus casas ni a ver a hijos y esposos; lo perdieron todo. Y, aun así, siguieron su propio camino conforme a su pensamiento, ideas y voluntades.” 

Ha de mantenerse el recuerdo de estas mujeres que protagonizaron “La Desbandá” y lo dieron todo en aquel genocidio, es un acto de justicia y un reconocimiento a su valentía que no puede quedar en el olvido.

Vicky Fernández, Asociación Cultural 'Entre Cañas'


Fotos: Robert Capa



viernes, 8 de abril de 2022

‘Encender’ la central de San Modesto

La central minihidráulica de San Modesto, en el cauce del río Chíllar de Nerja, camino de convertirse en otro bien del patrimonio cultural a ‘musealizar'.

 

Vista general de la central minihidráulica de San Modesto. 2022
  

Existe hoy día en la Administración pública la tendencia a la ‘musealización’ del patrimonio cultural. Este proceso de mercantilización termina despojándolo de su significado histórico al excluir toda función socio-económica pasada, presente o futura, quedando su existencia recluida a paneles gráficos explicativos, maquetas, o trabajos audiovisuales expuestos en museos temáticos. Mercancía neoliberal y artefacto cultural de consumo inmediato en temporadas turísticas. 

Ejemplo de lo anterior es el pago de Las Mercedes y Maro, zona de gran valor histórico, patrimonial y de uso agrícola que actualmente se encuentra amenazado -con el beneplácito del Ayuntamiento- por un salvaje plan urbanístico, pero que todo visitante del Museo de Historia de Nerja puede contemplar como ‘era/es’ antes de ser devorado por la retroexcavadora del progreso: ¿una Historia del futuro?  

 

San Modesto: la ‘segunda fábrica de la luz’ 

La central minihidráulica de San Modesto, situada en terrenos de titularidad pública en el río Chíllar, se construyó en 1914 y estuvo en funcionamiento hasta 1963 utilizando, sencillamente, la caída de agua como único recurso para generar parte de la electricidad que el pueblo necesitaba. La central formaba parte de un complejo más amplio de centrales minihidráulicas situadas a lo largo de todo su cauce, donde destaca el Salto Grande o ‘tercera fábrica de luz’, actualmente en funcionamiento.

La central de San Modesto fue abandonada por su último propietario, la compañía Sevillana de Electricidad (actual Endesa) en 1977, antes de acabar la concesión, al considerar que el coste de mantenimiento y explotación superaban al de beneficios empresariales. Tras su parada definitiva, la antigua maquinaria quedó abandonada en el interior, y desde entonces su deterioro se hace progresivo. En estos momentos, las techumbres de sus instalaciones se encuentran en estado ruinoso y riesgo inminente de desplome.

 

Foto: Pablo Rojo Platero. 2022

¿Qué hacer con San Modesto?

En febrero de 2021, el Ayuntamiento de Nerja informó de su interés en adquirirla, junto a las viviendas e instalaciones anexas, para convertirla en un Museo Hidroeléctrico de la Axarquía donde exponer su antigua maquinaria. Según la noticia, esto supondrá una “indiscutible proyección turística para el municipio”.

El proyecto de convertir San Modesto en un museo es otro ejemplo más de sustracción pública de la función histórico-social del patrimonio cultural nerjeño al optar, únicamente, por la ‘musealización’ turística. Y todo ello, en el contexto de una dependiente industria turística que navega a la deriva entre los vientos de una crisis energética sistémica, con los precios de los combustibles disparados, y la emergencia climática provocada por la quema de recursos fósiles no renovables.

 

Las ventajas de las centrales minihidráulicas

En energía hidroeléctrica se considera de especial interés el desarrollo de centrales minihidráulicas (potencia instalada inferior o igual a 10 megavatios), ya que presentan una serie de ventajas altamente significativas: es una energía renovable que no consume agua, no produce calor ni emisiones contaminantes, permite una generación distribuida, y sobre todo, es una fuente energética autóctona del territorio con gran beneficio económico y social, que origina puestos de trabajo en su rehabilitación, mantenimiento y explotación.

En 2005, la Agencia Andaluza de la Energía realizó un estudio (Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética 2007-2013 (PASENER)) sobre potencial hidroeléctrico que refleja el potencial técnico-económico aprovechable que hay en Andalucía, donde se incluyen las dos centrales inactivas de Nerja, con la intención de implementar actuaciones que permitan desarrollar este tipo de energía limpia.

Para el caso de la rehabilitación de nuestras dos antiguas centrales: Chillar II (2ª Fábrica, o de San Modesto), y Chillar III (1ª Fábrica, o de Santa Rita), y según el estudio, la inversión a realizar sería menor que la necesaria para acometer nuevas obras; y el impacto ambiental asociado es mínimo.

 

¿Cuánto cuesta ‘encender’ San Modesto?

Actualmente, el Ayuntamiento de Nerja dedica entre el 2,2 y el 2,5% del Presupuesto anual (entre 650.000€ y 750.000 €) al pago de la factura eléctrica de nuestros servicios públicos, infraestructuras e instalaciones municipales. Cantidad que puede verse duplicada dado el incremento del precio de los combustibles que importamos de unos mercados sometidos a continuos conflictos geoestratégicos. Recursos fósiles finitos y no renovables que hace tiempo superó el ‘peak oil’.

En las siguientes tablas, extraídas del Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética 2007-2013 (PASENER), quedan reflejadas las características, necesidades, cuantía de las inversiones, y parámetros necesarios de rentabilidad para poner en funcionamiento las centrales minihidráulicas de San Modesto y Santa Rita:


 En amarillo: Pay Back (años) = Inversión Total /(Ingresos-Gastos) anuales.


Estas inversiones se pueden considerar rentables cuando los valores del ‘período de retorno’ o Pay-back (PB) están comprendidos entre 8 y 12 años. Según las tablas anteriores, San Modesto lo cumple, al tener un periodo de retorno de tan sólo 9,8 años; además de evitar la emisión a la atmósfera de más de 200 toneladas de gases de efecto invernadero al año.

Otro de los parámetros de rentabilidad es la ‘tasa interna de retorno’ (TIR) del proyecto, que debe ser superior al 8%. Nuevamente, la central de San Modesto lo cumple; aunque socialmente ambas centrales lo son.

 

En amarillo: Tasa Interna de Retorno (TIR)


San Modesto: hacia la autosuficiencia energética mediante energía renovable

Según diversos cálculos, con la restauración y puesta en funcionamiento de la central minihidráulica de San Modesto, la Administración pública se podría ahorrar entre el 30% y el 35 % en la factura eléctrica anual, y podría destinar parte de la producción eléctrica a familias en situación de pobreza energética.

Para finalizar, si el Ayuntamiento de Nerja se dotara con nuevas instalaciones basadas en tecnologías limpias a través de fondos europeos Next Generation (2021-2027) y, sumado a un riguroso plan de eficiencia y ahorro energético, la Administración pública podría  alcanzar la autosuficiencia energética.

Algo totalmente compatible con la ‘musealización’ turística de San Modesto que proyecta el Ayuntamiento.

 

 

Jorge Alaminos, Asociación Cultural 'Entre Cañas'