Al norte de la fábrica azucarera San Joaquín (Nerja), nos encontramos con un pequeño tramo de la Calzada Romana, que fue, según Gozalbes Cravioto, trayecto de Caviclum a Sexi (hoy, Torrox Costa a Almuñecar), parte de la Via II de Castulo a Malaca. Hablamos de restos que datan del s. I a.C.
La Calzada Romana de Nerja, o los restos que quedan de ella, está contemplada en varios estudios, como en el libro editado por C. Gozalbes Cravioto “ Las Vias Romanas de Málaga” (1986); La Via Romana “Item Castulo- Malaca” a su paso por Nerja, artículo editado en la revista Jábega, n.48 en el año 1984, entre otros. Además, existe una “Guia del Patrimonio Historico” de Nerja, que editó el propio ayuntamiento en el año 2007, la cual designa 30 emplazamientos, entre los cuales se incluye el fragmento de la Calzada Romana Castulo-Malaca, que ya se encontraba en deplorables condiciones y que hoy, 15 años después, apenas quedan resquicios de los restos de la civilización romana en nuestra localidad. Precisamente su autor, el historiador Rafael Maura Mijares, acometió esta tarea para, según el historiador Francisco Capilla, “poner en manos de las instituciones un material de trabajo imprescindible para la recuperación del patrimonio”. Un proyecto ambicioso, financiado con dinero de la CEE, parte del Plan de Excelencia Turistica entre Nerja, Tánger y Nador que, a dia de hoy, sigue deteriorandose y desapareciendo, debido al desconocimiento de la ciudadanía y a la inacción de un ayuntamiento que está logrando que esa guía se quede completamente vacia de contenido, a excepción de la Cueva de Nerja y, con tal actitud, negando a sus vecinas y vecinos el conocimiento de la Historia, a través de los elementos que han llegado hasta nuestros días y que dan cuenta del paso de las distintas culturas por nuestra localidad, dando al traste y extinción del patrimonio cultural que posee nuestra Nerja, en vez de implementar medidas que pongan en valor este y otros restos del pasado, del que deberíamos estar completamente orgullosas y orgullosos.
Restos del pasado, que formaban parte de la red de comunicaciones terrestres, utilizadas para dar salida hacia las vías fluviales y marítimas de todas las materias primas exportables, que se obtenían en el interior de la península, así como para la recepción de productos y mercancías procedentes de otros puntos del interior. Caminos ibéricos vigilantes de lo que fuimos, somos y seremos: caminos que, una vez, fueron romanos, más tarde serían medievales, y servirían como guía para construir los modernos y contemporáneos, con materiales y procedimientos diferentes y mejor diseñados, pero que bebieron de su fuente inicial.
Como algo destructible, este trocito de patrimonio, que a través de los tiempos, y desde su inicio, ha sido vía de transporte minero, entre otros productos, durante los s. XVII-XVIII camino real y, en los más recientes s. XX-XXI cañada ganadera, es necesario conservarlo, por su valor y significado cultural e histórico, para que perdure en el tiempo. Ya casi está llamado a su desaparición, pero aún queda tiempo para una actuación que lo preserve, porque nos aporta conocimiento sobre nuestro pasado y nosotros mismos. El objetivo de todo patrimonio cultural es darlo a conocer a la humanidad, para que lo aprecie y aprenda de ello.
El Colectivo Entre Cañas aporta este texto para manifestar su preocupación por la conservación y puesta en valor de los restos de la Calzada Romana, a su paso por Nerja.
Vicky Jiménez, Asociación Cultural 'Entre Cañas'
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